Desde pequeña a Adéle le había gustado pasear por el barrio francés, el sabor colonial mezcla de las culturas francesa, española y africana hace de Nueva Orleans una ciudad especial. Por no hablar del toque que le dá todo lo relacionado con el espiritismo y el vudú que rodea a la ciudad y que es parte de su esencia.
Aunque ella sabía montones de historias de aparecidos y brujería no se había adentrado demasiado en lado más oscuro de la ciudad, a si pues cuando le dieron una invitación para visitar la mansión Lalaurie no se lo pensó dos veces.
En la entrada a cambio de la invitación le dieron toda clase de folletos explicativos sobre la historia del lugar.
-La visita se realiza individualmente o en grupos guiados le dijo el conserje
-¿Hay alguno formándose? se interesó Adéle.
-No, a estas horas no suele haber tanta gente, tendrá que esperar contestó.
Adéle se retiro en actitud pensativa, tal vez fuera mejor entrar ahora ya que había quedado con unos amigos más tarde y la visita a la mansión por lo que podía ver era bastante larga.
Decidió no esperar y empezar el recorrido.
Los dueños de la mansión, Delphine Lalaurie y su tercer marido (los anteriores murieron misteriosamente) se mudaron a ella en 1832.
Procedente de una familia de la alta sociedad, Delphine era muy respetada por su belleza, posición y riquezas, sus fiestas suntuosas en las que cuidaba hasta el más infimo detalle, eran famosas por toda Luisiana.
Para Adéle era fácil imaginarse como sería todo en aquella época, la casa era excepcional, de enormes pasillos y gigantescos salones.
Adéle había llegado a una estancia en la que los cortinajes no estaban del todo descorridos y eso dejaba en penumbra la sala, aún así intentó seguir leyendo. Mientras lo hacía escuchó como más visitantes de la casa se iban acercando a donde ella se encontraba.
Después de que se supo el suceso de la niña, proseguía el folleto, la familia fue rechazada y nadie aceptaba sus invitaciones y eso que no podian imaginar lo que realmente ocurria detrás de sus muros...
...Ni siquiera Adéle mientras paseaba por esas habitaciones aparentemente deshabitadas.
Hasta que una mañana un enorme incendio propagado desde la cocina, hizo que media ciudad acudiera al socorro de los habitantes de la mansión, cuando el fuego fue sofocado se descubrió el horror de aquel sitio, el cuerpo de una criada se hallaba encadenada al fogón de la cocina y en el tercer piso se encontraron trozos de cuerpos mutilados por todas partes, cráneos llenos de clavos , cadáveres insertados en la pared, esclavos aun con vida pero con sus vientres abiertos.
Entre el estupor y lo enfrascada que estaba en la lectura no percibió que aunque los pasos y murmullos que había oído habían sido muy cercanos, nadie había entrado en la sala.
Cuando la noticia corrió por toda la ciudad una multitud invadió la mansión llevándose todo lo que pudieron y destrozando su interior. El matrimonio Lalaurie desapareció en la revuelta y nunca se los juzgó.
La fama de casa encantada, con apariciones de esclavos vagando por los salones o en las terrazas, lamentos, ruidos y toda clase de fenómenos, es conocida en todo el país.
Cuando Adéle levantó la cabeza, sus ojos quedaron fijos en una oscura silueta que parecía sentada en un rincón del salón, inmóvil e incapaz de moverse vio como la figura se alzaba de una imaginaria silla, saliendo de la penumbra y acercándose a una velocidad de vértigo, hasta que la tuvo tan cerca que todo desapareció detrás de su rostro, en el que habitaba una sonrisa que la dejó sin respiración...
Aquella noche sus amigos que la esperaban, no dejaron de mandarles mensajes a su móvil.
-ADÉLE PERO DONDE TE HAS METIDO???
-VAS HA VENIR??
-¡¡¡¡¡¡VAYA PLANTÓN QUE NOS HAS DADO!!!!!!
Feliz víspera de Todos los Santos.
Hasta otro relato.
Abrazos y besos.
FOTOS, TRAJE Y MODELO: ELANOR.
HISTORIA Y REALIZACIÓN:ARIEN.