NANCY, HISTORIAS DE SIEMPRE
ARIEN Y ELANOR

Con la ilusión del primer día que llegaron nuestras nancys creamos este blog. Con él queremos compartir nuestros recuerdos y experiencias en el fascinante mundo de la infancia, lleno de magia, que recibimos de nuestros padres, dos seres maravillosos. Su amor y buen hacer hicieron posible que la felicidad de aquellos años perdure hasta nuestro presente, dejándonos así un valioso legado para transmitir a nuestros hijos...

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lunes, 2 de noviembre de 2015

LA NOCHE

ARIEN

     Se había pasado toda la tarde por el centro de su ciudad, recorriendo esas estrechas calles que tan entrañables y queridas eran para ella.  De tiendecita en tiendecita, al final consiguió llenar las bolsas de disfraces, huesitos de santo, telarañas y otras cosas para decorar la casa en las fiestas de Todos los Santos y Dia de difuntos.


     Soltó todo en el recibidor de la casa, no podía más, y se le hacía un mundo pensar en hacerse la cena.
      Encendió la tele, se trajo algo ligero para comer y se tiró en el sofá,  ¡¡¡ por fin iba a descansar !!!.
      En cuanto le dio un vistazo a los canales pudo darse cuenta que no había nada que le interesase y decidió buzear por internet para buscar una pelicula.
     

       -¡Otra vez estoy sin internet! ¡Será posible! - exclamó con frustración.
         Después de varios intentos fue a ver si quizás el problema viniese de la  wifi colocada en la otra habitación. Cuando la revisó se llevó la sorpresa de que se encontraba apagada la regleta a la que estaba conectada.
       -Se quedó estupefacta, ella nunca la apagaba porque estaba en un sitio de difícil acceso, y no entendía  como había ocurrido.
         Volvíó al salón y se dispuso a buscar la ansiada película que tanto le apetecía ver. Sabía que  una del cine clásico le llevaría horas, por los que se decidió por una que quizás la encontrase más rápido.  
        -DARK CITY, ¡ es perfecta!, buena película y no la he vuelto a ver desde su estreno en el cine, pensó  Nidia.


           Recordaba como la inquietó y esa sensación claustofóbica que aumentaba a cada minuto del film que se hacía cada vez más  angustiosa, envuelta en esa extraña mezcla de cine negro y ciencia ficción.
 

            Vio como comenzaba, con esas imágenes que tan claramente denotaban que era un film poco común, pero no pudo escuchar nada...
          -¿Y ahora que  ocurre? se preguntó.
          - Empezaba a desesperarse, los aparatos no era lo suyo.


 Le dio mil vueltas a todo para encontrar el problema, y fue al posar sus ojos azules verdosos en el reproductor de sonido cuando pudo darse cuenta que no parpadeaba ninguna luz en él. Se acercó y llevando su dedo al botón se iluminó de nuevo todo...

         El sonido estaba restablecido, pero Nidia, cada vez más perpleja, siempre estaba encendido..
         Decidió no seguir pensando en ello y comenzar la cena, la película era entretenida y en el mejor momento la paró, para ir a la cocina en busca del postre ya que seguía con hambre. Cuando volvió de la cocina la pantalla estaba azul y al mover el ratón encontró el mensaje:

"Error, no puede mostrarse la página. Compruebe la conexión a internet".


         Por unos segundos no pudo dejar de mirar aquellas letras escritas sobre la luminosidad blanca, no quería ir otra vez al cuarto a comprobar lo que en su interior intuía. Se dirigió hacía la puerta, la abrió lentamente, el pasillo a oscuras se le antojo más largo que nunca y buscó el interruptor de la luz.


Palpó una y otra vez pero no lo encontraba, recorriendo una pared inmensa, como si creciera a cada palmo que rozaba con sus dedos, ¿pero donde estaba?  parecía que habían desaparecido las puertas y un interminable muro las hubiera suplantado. Con paso titubeante buscó el lado contrario del pasillo y ahí sí encontró la puerta que daba al habitáculo donde estaba la mesa del otro ordenador,  pudo encender la luz y con estupor comprobó como el interruptor de  la regleta estaba otra vez apagado.



     Todos los terrores de la infancia vinieron a su encuentro, formando un corro al rededor en una danza macabra.
      Salió a toda prisa dirigiendose al salón, encendiendo todas las luces a su paso, cerró la puerta del pasillo, e intentó serenarse pensando en multiples posibilidades a lo ocurrido, tomando la decisión de coger algo contundente para recorrer la casa y ver si había alguien.
        Con una mezcla de miedo, rabia y algo indefinido, fue mirando cada rincón, despacio, sin hacer apenas ruido, hasta los que era imposible que cabiese alguien y siempre mirando hacia atrás. Cuando terminó le invadió una sensación de alivio tremendo, cerró las luces y se tumbó en el sofá e itentó relajarse.


         Para distraerse decidió continuar con la película pero ya no le apetecia, además no dejaba de darle vueltas a como se podría haber apagado la regleta.
          Las escenas pasaban y los dialogos rodaban por sus oidos, pero Nidia no dejaba de mirar el cristal oscuro de la puerta del pasillo. 
           Poco a poco se fue metiendo de nuevo en la historia que fluía desde la pantalla, depronto detrás de su cabeza escuchó una voz... fue por unos segundos, se levantó de inmediato sorprendida mirando hacia la dirección en que la había escuchado, clavando sus ojos en el vacío. No sabia que pensar, la voz másculina habia sido clara y fuerte, pero aún así no entendió lo que decía, como si hubiera sido cerca y lejos a la vez.
           Echó atrás la pelicula hasta llegar a la secuencia en que la voz sonó, comprobando que no era parte de ella.
            Se sentía cada vez mas tensa y la angustia crecia esperando que en cualquier momento sucediese algo...

.
            Pasaron las horas, cada vez estaba  peor, no encontraba explicación a lo sucedido. Todo era denso y cargante en la casa, no apagó ni la luz ni la televisíon, estaba dispuesta a pasar toda la noche en vela vigilando...
             A la mañana siguiente estaba derrotada, en algun momento cerró los ojos pero brevemente y ahora solo pensaba en dormir.
             Con la luz del dia todo parecía como siempre, el piso había vuelto a ser acogedor, pero Nidia no pudo evitar pensar que la noche volvería y ella seguiría allí,  sola...

     



Espero que os haya gustado.
Abrazos.
Arien.

Historia y fotos: ARIEN
Nancy: Nidia, Nancy Colección Ion Fiz.
Vestuario: Nina la Riojana y Marayoris,