ELANOR
Los padres de
Ainhoa, hacia tiempo que tomaron una decisión, adoptar una niña china. Dicho y
hecho, se pusieron manos a la obra…lo que no sabían es la de requisitos que se
les solicitaban; llevar casados más de dos años (algo que tienen más que
superado), no pueden ser mayores de 50 ni menores de 30…están en ello jejeje,
estar sanos física y mentalmente, al
menos uno de ellos tiene que tener trabajo fijo y no tener antecedentes penales
ninguno de los dos (lo cual lo veían muy lógico), certificado de idoneidad etc.
La carta de solicitud con todos los
certificados pertinentes la dirigieron
al China Center of Adoptions Affairs,
y todo esto a través del organismo competente de su Comunidad
Autónoma. Tras las múltiples visitas de asistentes sociales, (que
parecían examinarlos
con lupa) su solicitud se vio tramitada y les comentaron que el tiempo
de
espera podía superar los tres años... ¡esto iba a durar más que el parto
de un
elefante!
En realidad ellos lo han tenido
un pelin más fácil ya que no pidieron un
bebé…no les importaba que fuera más grande con tal de darle un hogar.
Así que este verano, casi a punto de
cumplirse los tres años desde que empezó la “odisea”, realizaron el último de
los requisitos, pasar el tiempo estipulado en el país de origen de la niña para
comenzar una relación afectiva. Liu, que así se llama la pequeña, es de un
pueblo llamado Chuangdixia, cerca de Beijing al norte de la Muralla China.
Hoy
es el día en que regresan con la pequeña y Ainhoa le ha pedido a su prima
Jennie que le acompañe a recoger a sus padres al aeropuerto, está muy nerviosa, tiene muchas ganas de conocerla – ¿le gustaré? ¿le caeré bien?- se pregunta una y otra vez.
Han
llegado con tiempo y tendrán que esperar a que el avión aterrice. Por lo que le
han contado en las cartas, la niña parece haberse adaptado bastante bien a
ellos, aunque es algo tímida, pero están seguros que con ayuda de toda la
familia será una niña feliz…¡¡¡ya está tomando tierra el avión!!!... ¡que
nervios!
Los
padres de Ainhoa han ido a recoger las maletas y Jennie se ha ofrecido a
ayudarles…se han quedado las dos solas, se miran y tras unos breves instantes
se abrazan…Ainhoa respira hondo y da un largo suspiro - parece que todo va ir
bien, muy bien- se dice así misma.
Una
vez en casa, nada más soltar las maletas, Ainhoa va a su cuarto y le trae un
regalo de bienvenida a su hermanita…es un peluche de oso Panda y parece que le
ha gustado mucho. Luego se reúnen con el resto de la familia para celebrar la llegada de Liu.
POSDATA:
La
ropa que lucen las protagonistas de esta historia, son un regalo que le ha
hecho mi amiga Marayois a mi peque, con esta entrada le quiero dar la gracias.
El conjunto que lleva Jennie está realizado para una new, y como amiga agradecida yo también le he
regalado un conjunto de “Casa Elanor”, como ella no tiene blog me ha enviado
una foto de su niña con el vestido, os las pongo para que podáis verlas.
Le ha hecho más regalos pero esos
serán para otra historia.
Besossssssss.
ARIEN
Estaba poniendo en orden todo lo que había traido del viaje, ropa, regalos, libros, cuando decidió pasar las fotos al ordenador.
¡Que cantidad de sitios! de rostros, de monumentos y edificios tan diferentes, tan exóticos, sin embargo en medio de todo eso, sorprendentemente habia encontrado la huella de los suyos, en una lugar tan remoto como es una localidad sevillana.
La guía les habia contado que en 1614 arribaron a las orillas del Guadalquivir una embajada
japonesa bajo el mando del samurai HASEKURA TSUNENAGA. Su misión era la
de entablar relaciones diplomáticas y comerciales con el rey Felipe III y visitar al Papa Paulo V, pero antes, debían de resolver algunos asuntos en Sevilla, ya que todo el
negocio relacionado con la Indias Occidentales se gestionaba
en la Casa de la Contratación y el Consejo de Indias, ambos instalados
en la capital hispalense.

En aquella época Coria del Rio era el antepuerto de Sevilla, y es allí donde se hospedaron, siguió contando la guia " y según un testigo presencial de la época, al poco de salir de Coria,
la embajada japonesa pudo contemplar cómo se le unía mucha gente que
durante seis millas les acompañó hasta Sevilla, aumentando en gran
número hasta acercarse a Triana, hasta el punto de que le impedían el
paso. Tras cruzar el puente de barcas les esperaban los más altos
dignatarios y nobles de la ciudad, quienes escoltaron hasta el Alcázar
al extraño séquito vestido a la usanza japonesa,
entre el entusiasmo de la gente que se agolpaba en las
calles”. Sayuri pensó en el impacto que debió de ser para ellos el ver a los samurais, que pensarían al contemplar sus rasgos, sus ropajes. Cuando el hombre occidental llegó al Japón, fue muy chocante las diferencias y muchos les llamaron "Los Demonios Blancos".

Después de seis años partieron de Sevilla para regresar a Sendai, pero algunos de los
componentes de la expedición decidieron quedarse, Sayuri recordó el guiño de ojo de la guía cuando añadió "se ve que les gustaron mucho las corianas" y la prueba esta en que en la
actualidad son más de 600 los corianos y corianas que poseen el
apellido Japón que fue el que adoptaron todos los descendiente del los samurais de la expedición.
Fueron a ver los regalos que se intercambiaron Coria y Sendai al estar hermanadas y la figura erigida en honor a Hasekura.
Le puso música a la selección de fotos y dió por terminada la composición, otro dia le tocaría a otro grupo de fotos y a otras historias que les daría vida.
Un gran abrazo a tod@s.
Arien.
Vestuario: "Loco, loco" original de Famosa (el mío de peque)